jueves, junio 22, 2006

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VISION MEMORABLE

Me hallaba en una imprenta, en el Infierno, y vi el método por el cual se transmite el conocimiento de generación en generación.
En la primera cámara había un Dragón-hombre, barriendo los despojos a la boca de una caverna; en el interior, multitudes de dragones ahondaban la caverna.
En la segunda cámara había una serpiente enredada en torno a la roca y la caverna, y otras adornándola con planta, oro y piedras preciosas.
En la tercera cámara, un águila de alas y plumas de aire; y el águila hacía el interior de la caverna infinito; y al mi alrededor, un gran número de águilas semejantes a hombres edificaban palacios sobre las rocas enormes.
En la cuarta cámara, leones de ardientes llamas se paseaban furiosos y fundían los metales en fluidos vivientes.
En la quinta cámara, formas sin nombres arrojaban al espacio metales.
Estos metales eran recibidos por hombres en la sexta cámara y tomaban la forma de libros y eran colocados en bibliotecas.

Los gigantes que llevaron este mundo a su existencia sensible y que parecen ahora vivir encadenados son, en verdad, los principios de la vida y las fuentes de actividad. Pero las cadenas son la astucia de los espíritus débiles y sumisos que tienen el poder para resistir la energía.
Lo dice el proverbio: el débil en valor es fuerte de astucia.
De este modo, el prolífico es una porción del ser; otra el devorador. El devorador cree tener encantado al prolífico; más no es así: sólo tiene porciones de existencia y se imaginan tenerlo todo.
Más lo prolífico dejaría de serlo si el devorador, como un mar, no absorbiera el exceso de sus goces.
Algunos dirán: ¿No es Dios el único prolífico?
Yo digo: Dios no existe ni obra sino en los seres existentes, en los hombres.
Estas dos clases de hombres existen en la tierra y serán siempre enemigos; cualquiera que intente conciliarlos destruirá su existencia.
La religión es un esfuerzo para conciliarlos.


Nota: Jesuscristo no quiso unirlos sino separarlos, como en la parábola de las ovejas y las cabras. Jesuscristo dijo: No vine a traer la paz sino la espada.
Mesías o Satán o Tentador, era considerado como uno de los antediluvianos, es decir, como una de nuestras energías.